martes, noviembre 06, 2007
domingo, noviembre 04, 2007
O Freixo ó rescate....
La policía informó de que el camión venía de Viveiro y, en algún punto cerca de Muras, se desvió y apareció en la Costa do Inferno. «Ao ser pendiente, o camión foise cara atrás e quedou atrapado contra o lado dereito da pista», declararon.
El camión es de la empresa de transportes polaca Jan Bauer, y llevaba abrazaderas eólicas de hierro fundido para la empresa de mecanizados Mecace. La policía señaló que cada abrazadera pesa 3.500 kilos y el total de la carga es de 24 toneladas. La mercancía es propiedad de la empresa Vestas que, según explicaron fuentes policiales, se encargó ayer de dar autorización para retirar el camión y pagar a las grúas. Manuel Dopico se había puesto en contacto con la empresa polaca el jueves para explicarles la situación, «pero non deron solución ningunha e tivémonos que facer cargo dende aquí», explicó.
Un trabajo duro y peligroso
La empresa Cuíña se encargó de la retirada y realizó el trabajo en menos de cuatro horas. El primer paso fue vaciar la carga, desatascar el camión y sacarlo de la pista. Para ello se necesitaron una grúa, un camión-grúa y una pala mixta. Hasta el lugar se trasladaron también miembros de la corporación municipal de As Pontes y un dispositivo de la Policía Local, que desde el jueves mantuvo cortada la carretera en los dos cruces inmediatos. El responsable de Cuíña, Eugenio Gato, explicó ayer por la mañana que probablemente necesitarían un día completo para realizar el trabajo. Sin embargo, a las siete de la tarde ya estaban de camino a Penapurreira con el camión polaco detrás, que no sufrió ningún daño en el percance, «para asegurarnos de que non se volva perder», bromeó Gato. El trabajo fue extremamente complicado porque la zona tiene una pendiente muy pronunciada y uno de los laterales termina en un terraplén con mucha altura. Además, la pista es estrecha y con curvas muy cerradas, por lo que las maniobras se vuelven demasiado complicadas. El coste de estos trabajos ascendió a 3.000 euros.
Ahora el conductor puede respirar tranquilo, después de haber pasado tres días incomunicado y asustado, ya que, según explica Dopico, temía que lo detuvieran: «Dicíame que noutros países podíano levar preso». Pero a pesar del obstáculo lingüístico, la población se volcó con él. Tanto la policía como los vecinos le llevaron comida a diario y le ofrecieron posada, aunque el conductor tenía todo lo necesario en el camión. Ahora podrá volver a su casa y contar la odisea que vivió perdido en los montes de O FreixoMMMMMmmmm... eu penso queeee facendo palanca vai